Cuando decidí empezar mi viaje y documentándome sobre los paises que quería visitar supe de la situación del pueblo birmano. Profundizando un poco entendí la complejidad y también encontré a Colabora Birmania, con lo que decidí que una parada obligatoria seria Mae Sot para poder visitar sus proyectos.

Les escribí y Javier me puso en contacto con su hombre sobre el terreno para poder organizar la visita. Una vez allí acudí a la hora y lugar pactado para que me recogieran y me encontré a una persona con muchas ganas de mostrarme esa realidad.

Visitamos dos de sus proyectos, los colegios Chicken School y Km. 42, donde las directoras nos recibieron con los brazos abiertos, me enseñaron las instalaciones, vi a los profesores dar clase y a los niños aprender, me explicaron como se organizaban y respondieron todas aquellas preguntas que me fueron surgiendo durante la visita. Incluso en Km. 42 me dieron a probar algo de comida típica (picantísima, eso sí) y nos ofrecieron café y te mientras entablábamos un poco de conversación.

Ver e interactuar con otras realidades, sobretodo aquellas menos favorecidas, es una oportunidad que no deberíamos perder. Nos ayuda a entender mejor el mundo, nos sensibiliza y nos hace crecer.

Joan Luis Baraldes