Más allá del rostro de Myanmar

Dentro de toda la tradición de la cultura birmana, nos encontramos con una peculiaridad que destaca entre todas las demás: la thanaka.

¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que llevan los niños de los colegios y orfanatos en la cara? Este cosmético de color amarillo se ha convertido en una parte intrínseca de la vida cotidiana de los habitantes de Myanmar, especialmente de las mujeres y niños.

La thanaka se obtiene al moler la corteza del árbol homónimo, que crece en las llanuras del centro de Myanmar. La pasta, aplicada en el rostro y el cuerpo, se seca rápidamente.

Aunque su uso es mayoritario como cosmético, también se emplea como símbolo de belleza y reemplazo del maquillaje.

La globalización ha llevado a innovaciones del producto, con pequeñas barras de pasta deshidratada y cremas en tarros. A pesar de la modernización, la thanaka sigue siendo una tradición arraigada en la vida birmana.

Propiedades de la Thanaka

La thanaka actúa como un versátil aliado medicinal. Funciona como protector solar, antiséptico, hidratante, regulador de la grasa, reductor de manchas y cicatrices, y posee propiedades anti-acné y limpiadoras.

En las zonas rurales, la thanaka se utiliza como escudo solar por los trabajadores agrícolas, y los constructores la aplican para prevenir quemaduras solares. Además, las propiedades medicinales de las hojas, raíces y frutos del árbol se han utilizado para tratar diversas afecciones, desde llagas en la dermis hasta lepra y malaria.

A pesar de su rica historia y utilidad, la thanaka se enfrenta a desafíos en el mundo moderno, donde algunas mujeres la abandonan por considerarla obsoleta.

Myanmar, con su riqueza cultural, comparte un legado que merece ser apreciado y preservado, mientras la thanaka revela sus secretos al mundo.

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