Curiosidades birmanas
Existen cientos de curiosidades que nos han llamado la atención durante todos los años que que hemos pasado compartiendo nuestras vidas con la población birmana, uniendo nuestro futuro al suyo y haciendo también, un poco nuestra su cultura. Nosotros lo llamamos “birmanizarnos”.
Aún así, incluso con la perspectiva que te dan los años, seguimos sorprendiéndonos con muchas de las costumbres, creencias y supersticiones que nos han hecho experimentar momentos memorables.
Hoy nos gustaría compartir con vosotros algunas de estas curiosidades sin más intención que la de acercaros un poco a esta cultura y de que paséis un buen rato.
Lo primero que notas al llegar a Myanmar es el olor a betel (Kun Ja), la nuez de betel se usa en gran parte de Asia y Oceanía por sus propiedades estimulantes, tiene un olor muy agradable y en Myanmar la consumen mezclada con tabaco, cal y a veces con especias aromáticas, envuelta en un paquete que se elabora con sus propias hojas verdes. Los Birmanos la mastican continuamente y escupen la pasta resultante tras horas masticando, lo que aporta un agradable olor al ambiente y una desagradable imagen en el suelo tiñéndolo de un rojo oscuro. También tiñe sus dientes convirtiendo las dentaduras birmanas en la némesis de Profident.
Otra cosa que sorprende es ver a los hombres con falda. Para la mente occidental, resulta cuanto menos irónico el que una sociedad tan patriarcal y machista como la birmana lleve faldas. En realidad es un “Longyi” una especie de pareo unisex que se ata con un divertido nudo que se asemeja al moño de una abuela de las nuestras, es muy cómodo, fresco y se puede recoger dejando las piernas al descubierto y quedando literalmente en forma de pañal. También se puede abrir y utilizar como mampara de ducha personal, al ser tubular, permite cubrirte de miradas indiscretas mientras disfrutas de la típica ducha birmana que consiste básicamente en aplicar cubos de agua sobre tu cuerpo mientras te enjabonas y mantienes el longiy desplegado con la otra mano para taparte, ya que en Birmania, lo habitual es ducharte fuera, a la vista de todo el mundo, parece complicado pero tiene su técnica, que una vez aprendida convierte al Longiy en tu cortina de ducha personal y en la vestimenta indispensable si vives en Birmania.
La manera en que se llama al camarero en Birmania, es una de las costumbres que mas sorprenden al visitante, sobre todo las primeras veces que te sientas en una “tea shop” (equivalen a cafeterías o centros sociales y suele ser donde los locales se reúnen para desayunar, comer o cuando anochece para ver la a menudo única tele del barrio, o aldea).
En occidente, para llamar al camarero normalmente utilizamos el recurso de un “disculpa”, “perdón”, o símplenete levantamos la mano confiando en que el camarero nos verá y se acercará a atendernos. En Birmania si haces eso, pensarán que estás loco, poseído por un demonio o que estás saludando a alguien. Los birmanos, tienen su propia manera de llamar al camarero, la forma es muy curiosa y constituye la señal inequívoca de que solicitas la atención del camarero. Todos conocemos ese sonido onomatopéyico que suena como un beso y que aquí utilizaríamos habitualmente para llamar a nuestro perro ¿verdad? En España, jamás se te ocurriría solicitar la atención del camarero utilizando este método, lo que aquí supondría una falta de respeto y casi un insulto onomatopéyico, en Birmania es la manera habitual de llamar al camarero, además sólo se utiliza ese sonido para ese determinado servicio.
Además en Birmania ni siquiera en Yangón disponen de electricidad las 24h del día, en las principales ciudades sólo disponen de electricidad de 18:00 a 24:00h y en las aldeas o zonas mas remotas los generadores de gasolina son los que alimentan el consumo eléctrico durante las horas de oscuridad, la mayoría de las casas no disponen de generador eléctrico, por lo que ver la tele en la “tea Shop” se convierte en un acto social, aprovechando la electricidad que produce el propio local con su generador de gasolina, así que si lo que queréis es socializar, las “Tea Shop’s” son el mejor lugar para hacerlo.
También sorprende muchísimo, su manera de conducir. El general Than Shwe, que gobernó con mano de hierro hasta el 2010 cambió de golpe el sentido de la circulación de los coches porque eso de conducir por la izquierda era demasiado british. De ahí que siga habiendo muchos coches con el volante a la derecha. Cuando viajas por Birmania en autocar y ves al copiloto indicarle al conductor cuando puede adelantar se te eriza el pelo.
Las supersticiones y creencias copan las vidas de los birmanos con absurdos relatos que a menudo les hacen tomar decisiones verdaderamente sorprendentes. El general decidió también que sólo funcionasen los billetes múltiplos del 9 porque era su número de la suerte. El resto quedó fuera de servicio de la noche a la mañana, dejando atónita (y pobre) a gran parte de la población. Hubo una excepción: los billetes de 75 kiats, la moneda oficial, fueron lanzados justo cuando el general cumplió esa edad, sí eran legales. Porque él lo valía…
Entre los puestos de los mercados repletos de fulares de seda, peines de madera y figuras de Buda hechas con jade llama la atención encontrarse con mujeres con la cara pintada con tanaka, una crema que se obtiene moliendo la corteza del árbol homónimo con una piedra y añadiendo paulatinamente agua. Para aplicarla, se extiende de forma circular sobre las mejillas. Su objetivo es protegerse del sol, pero también servir como maquillaje. No extraña vérsela a los niños. Ni tampoco a los hombres.
Tampoco tienden jamás la ropa de los hombres junto con la de las mujeres, ya que según la creencia popular, esto provocaría que las mujeres se queden embarazadas, así que ya sabéis, si estáis buscando descendencia sólo tenéis que tender la ropa de hombres y mujeres juntas.
Hay muchas mas curiosidades que nos callamos para no extendernos excesivamente, ya que son tantas, que darían para varios libros, hoy, hemos querido contaros algunas de las más locas, con la intención de acercaros un poco a la cultura birmana y haceros pasar un buen rato.