Testimonio de Ana: una experiencia transformadora a Colabora Birmania
En la entrada de blog de hoy, compartimos el testimonio de Ana, antigua profesora que decidió venir a Mae Sot, Tailandia junto a Iulia y Adrià para conocer de cerca los proyectos de Colabora Birmania. Con una mezcla de curiosidad, empatía y ganas de colaborar, Ana nos relata su experiencia y las vivencias que marcaron su viaje y esta mezcla de cultura tan peculiar entre Tailandia y Myanmar (antigua Birmania).
Nuestra visita a Colabora Birmania en Mae Sot
A veces, sentimos la necesidad de salir de nuestra burbuja y acercarnos a esas realidades que raramente aparecen en los titulares. Esa inquietud fue lo que nos llevó a Mae Sot, una pequeña ciudad en la frontera entre Tailandia y Myanmar, junto a Iulia y Adrià. Nuestro objetivo era claro: conocer de cerca los proyectos de Colabora Birmania, aprender de su experiencia y compartir nuestro granito de arena.
Desde el primer día, Mery y Carmen, nos recibieron con calidez y entusiasmo, mostrándonos el impacto del trabajo que llevan a cabo.
Visitamos la Escuela KM42, donde 300 niños y niñas reciben educación en condiciones complicadas. Allí, a pesar de las dificultades, el ambiente estaba lleno de alegría. Fue conmovedor verlos jugar, compartir sus comidas y demostrar, incluso con recursos limitados, un profundo interés por aprender.
En el orfanato Heavenly Home, vivimos momentos que quedarán grabados en nuestra memoria. Aunque el espacio es reducido, alberga a más de 100 niños y niñas. Los más mayores nos regalaron una actuación improvisada, cantando canciones como We Are the World. Este lugar refleja perfectamente la filosofía de Colabora Birmania: apoyar iniciativas locales ya existentes, sin protagonismos, pero con un impacto real y positivo.
También conocimos Chicken School, donde el esfuerzo por involucrar a las familias en la educación de sus hijos es admirable. En cada visita, aprendimos algo nuevo y fuimos testigos de la dedicación incansable de Colabora Birmania para ofrecer un futuro mejor a estos niños.
Regresamos a casa con el corazón lleno y el compromiso de seguir apoyando esta causa. Porque una vez que conoces estas historias, es imposible mirar hacia otro lado. ¡Volveremos, sin duda!