La escuela Km 42 y Chicken school. Dos escuelas donde faltan los recursos pero sobran las sonrisas. Mi amigo, Hugo me habló del trabajo de Colabora Birmania y me invitó a que hablara con Marc, uno de los fundadores. Desde ese momento todo fueron facilidades. Esa mañana apareció Aung Myo Swe, uno de los trabajadores, con una gran sonrisa y nos llevó a otro mundo, un mundo donde los niños carecen de mucho, pero te dan de todo. Un mundo donde Colabora Birmania le da a cientos de niños algo más que educación y alimentos, realmente les da una oportunidad para sobrevivir.

Un mundo donde los niños carecen de mucho, pero te dan de todo.

A medida q fueron pasando las horas, la sensación de desolación inicial se transformó en energía y toma de conciencia gracias a los abrazos, juegos y sonrisas de cada uno de esos niños, y al increíble trabajo q Colabora Birmania hace con ellos.

Nos marchamos de allí con una sensación de agridulce, porque queríamos quedarnos pero por otro lado salir corriendo a contar lo que pasaba, a que la gente escuchara lo que habíamos vivido.

Hoy, tan presente aún en mi memoria, puedo decir q ha sido una de las experiencias más increíbles de mi vida.

Y que en adelante, Colabora Birmania siempre estará en mi corazón. Gracias por TANTO qque hacéis.

María