Agricultura y ganadería en el campo de refugiados de Mae La Oon
Situación
Mae La Oon, es uno de los campos de refugiados más pequeños de los 9 campos que el gobierno tailandés ha autorizado en su territorio fronterizo con Birmania, en él se hacinan unas 18.900 personas.
Algunos de estos refugiados son niños, que han quedado huérfanos al huir de los ataques del ejercito birmano, después de deambular por la jungla durante semanas, han tenido la suerte de encontrar a grupos de personas que como ellos, lo han perdido todo y se dirigen al país vecino cruzando la frontera ilegalmente en busca de protección y seguridad, uniéndose así a la caravana y llegando a Mae La Oon. En el campo son acogidos por Kaw Wah (el líder), en 3 casas que tiene habilitadas para ellos. A día de hoy son 57 los huérfanos que están a cargo de Kaw Wah.
Cuando vives en un campo de refugiados con tu familia, consigues mejorar tu dieta gracias al trueque, la pesca, el tráfico de alimentos o a familiares que te envían comida o dinero para comprar más variedad de alimento, pero cuando no tienes a nadie y vives con un grupo de chicos que están en tu misma situación, te tienes que conformar con las escasas raciones que las diferentes ONG´s reparten diariamente: dietas basadas normalmente en arroz, vegetales y un poco de pollo, una dieta muy pobre y carente de las vitaminas y proteínas que un chico necesita para crecer.
Objetivo
Por éste motivo, Colabora Birmania, emprendió hace 2 años un programa en colaboración con el propio Kaw Wah, para mejorar, dentro de las capacidades y limitaciones del campo, la dieta de éstos 57 chic@s.
El programa consistió en construir una pequeña piscifactoría, unos cuantos cerdos y u pequeño huerto que el propio Kaw Wah gestiona, y que proporcionará una razonable mejora en la alimentación de dichos chicos y chicas.
Colabora Birmania ha aportado los fondos necesarios para comprar herramientas, comida para peces, los propios peces, 4 cerdos y su pienso correspondiente, así como semillas para plantar fruta y verduras.
Actualmente
En la actualidad la piscifactoría y el huerto funcionan y se autogestionan gracias a la voluntad de Kaw Wah y al trabajo de los niños que además de aprender, mantienen el pequeño negocio que ya es autosostenible, generando unos pequeños ingresos que utilizan para re-invertir en peces para la cría y en semillas cerrando así el círculo y permitiendo mejorar su alimentación.