A principios de 2015 cumplimos el sueño de poder trabajar en Myanmar. Comenzamos con proyectos de desarrollo en la región de Ayeyarwady, en una zona devastada por el ciclón Nargis. Como organización, es un placer trabajar con la gente de esta zona; son aldeas muy unidas, con un gran sentido comunitario, hospitalarios, trabajadores y muy comprometidos.

Hasta la fecha hemos trabajado principalmente en la mejora de las infraestructuras: la construcción en la Escuela Kyel Dagon de un edificio de aulas y unos dormitorios, y la sustitución del principal puente de bambú por uno de hierro.

Antes de acabar el año, y gracias al dinero remanente del Premio Natura 2015, vamos también a construir un depósito de agua en la aldea de Ka Mar La Zu, muy necesario para poder abastecer de agua potable a los habitantes de esta aldea durante la época seca. Cada año los meses de sequía se alargan más y al final de la estación tienen grandes dificultades para tener agua potable, ya que los lagos naturales de los que se abastecen llegan a secarse.

En octubre comenzará la obra y ya son varios los voluntarios apuntados para colaborar con las tareas de construcción y transporte de los materiales.